Las personas que
autorregulan su aprendizaje tienden a coincidir casi siempre con las personas de alto rendimiento y de alta
capacidad, frente a los de bajo rendimiento que presentan un problema a la hora
de tener la voluntad de estudiar y en las estrategias para ello. Con un
adecuado entrenamiento en esas dos dimensiones
todos los estudiantes pueden mejorar su grado de control sobre el aprendizaje y
el rendimiento, pudiéndose paliar las dificultades en su aprendizaje que puedan
derivar de ello. Es decir, el principal problema de los niños que presentan dificultades en el
aprendizaje es la poca voluntad para estudiar y la inexistencia de estrategias cognitivas
o de estudio que les ayuden e entender, trasformar, organizar, elaborar y
recuperar la información. En cambio los niños que si autorregulan su aprendizaje
además de tener estrategias cognitivas, saben cómo planificar, controlar y
dirigir sus procesos mentales. Además son personas muy motivadas con un alto
sentido de la autoeficacia académica, y con metas de aprendizaje. También planifican y controlan el tiempo y el esfuerzo
que van a utilizar en las tareas, y saben crear ambientes favorables para su
aprendizaje libres de distracciones.
Visto que no todas las
personas son iguales, es necesaria una enseñanza centrada en el alumno y en su
aprendizaje, cuyo fin es que todos los alumnos aprendan a autorregular su
aprendizaje para así solucionar los posibles problemas en este. Para que esta
enseñanza tenga éxito es necesario que los profesores atiendan a las
dificultades de cada alumno, es decir, que den una enseñanza individualizada
dentro del grupo clase. Las condiciones contextuales que hacen que la enseñanza
favorezca este tipo de aprendizaje son la motivación por parte del alumno y del
profesor y el ambiente en que se de esa enseñanza. Para que los alumnos sean
capaces de entender, trasformar, organizar, elaborar y recuperar la información
es necesario que el ambiente en el que estén les ayude a lograrlo; por eso los
niños que ya autorregulan su aprendizaje planifican y controlan el tiempo y el
esfuerzo dedicado a la tarea y crean
espacios en los que poder estudiar sin distracciones.
Para impulsar el
aprendizaje autorregulado, hay que trabajar en los procesos cognitivos, motivacionales,
comportamentales y contextales que lo promueven. Lo que habría que hacer es intervenir
en las estrategias de aprendizaje, las cuales favorecen el aprendizaje
cognitivo, y la motivación para aprender, al mismo tiempo que mejorar esas creencias motivacionales de los
estudiantes ya que además de hacer que estén más motivados, hace que los
alumnos procesen mejor la información seleccionando y utilizando estrategias de
aprendizaje.
Una de las actividades
que más impulsa en mi opinión el aprendizaje autorregulado es la creación por
parte del profesor, como ejemplo de ello, y de los alumnos como método de
estudio, de mapas conceptuales tanto realizados a mano, como con programas
informáticos. El mapa conceptual es una forma de representar gráficamente unos
conocimientos. Trabajando los temarios con mapas conceptuales se impulsa el
aprendizaje autorregulado puesto que se trabaja el desarrollo de conceptos que
tienen que aprender relacionándolos de manera significativa, la motivación al
no trabajar de manera aburrida, y una metodología de aprendizaje. Esta metodología
al mismo tiempo desarrollará la motivación para aprender, y mejorará el
procesamiento de la información de los alumnos. Este es un modelo activo de
enseñanza ya que los alumnos pueden, una vez realizados sus mapas, compartirlos
con sus compañeros y completarlos con sus ideas. Así todos aprenderán de todos y
participarán de forma dinámica en el aprendizaje.
(Entrada del 24 de Enero)
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