La nueva reforma educativa
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/02/16/nueva-reforma-educativa/1223946.html
BERNARDO BENITO BLASCO El Pacto de Estado en educación parece que es
una utopía y el sistema educativo vuelve a ser objeto de disputas partidarias.
Flaco favor le hacemos a la juventud de este país si no somos capaces de
encontrar acuerdos que den estabilidad y fortaleza al sistema que no soporta que
cada cambio de gobierno implique una reforma de los planes de estudios.
La ampliación del Bachillerato había despertado ciertas expectativas, pero la solución adoptada a costa de culminar la ESO a los 15 años ha defraudado porque rompe una estructura en la Enseñanza Secundaria coherente que finalizaba la etapa de escolarización obligatoria a los 16 años coincidiendo con la edad legal de incorporación al mercado laboral.
La etapa secundaria con los ajustes necesarios puede mejorarse pero la reforma que se plantea al no tener garantizado el acuerdo con la oposición, obligará a mantener el sistema en la provisionalidad hasta el próximo cambio de gobierno.
La reforma no tiene únicamente un planteamiento de mejora técnico, metodológico o didáctico, tiene también una concepción política no visible pero que con un análisis detallado puede aflorar. A falta de que el Ministerio explique detalladamente sus planes parece que se va a poner la Enseñanza Secundaria "patas arriba" sin valorar si el sistema actual es mejorable y si se incide en las verdaderas causas del fracaso escolar.
Este proyecto de reforma es criticable al menos en los siguientes aspectos visibles y otros ocultos que es necesario conocer para poder valorar la oportunidad de estos cambios:
La finalización de la ESO a los 15 años aumentará artificialmente el número de graduados ESO al obtenerse el título ESO con un año menos y por tanto con menor carga lectiva.Se mejora la estadística de graduados ESO al suavizar los requisitos y por tanto habrá menos fracaso escolar. Resultará paradójico cuando no ridículo que el alumno Graduado en ESO en el curso 2011-12 tenga un título de valor académico superior que el graduado ESO en el curso 2015-16. ¿Esto es lo que se entiende por "prestigiar" la cultura del esfuerzo?
El título de ESO se obtiene en la actualidad también por vías extraordinarias de atención a la diversidad que quedarán obstruidas o anuladas y que privarán a un importante número de alumnos de una posibilidad de acercar la educación a sus demandas y posibilidades. El Programa de Diversificación Curricular (PDC) y los PCPI (Programas de Cualificación Profesional Inicial) tienen pocas garantías de continuidad con esta reforma.
Los alumnos graduados en ESO a los 15 años estarán obligados a continuar al menos un año más sus estudios en Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio, según el ministro, "se trata de conseguir interesar más a quienes van a seguir y centrar a quienes no lo van a hacer". Me temo que el resultado no sea el esperado y el primer curso de Bachillerato se convierta en un curso de espera para que algunos que van a abandonar con su título ESO ya conseguido, estén un año más sin mayor interés. ¿Qué sentido tiene empezar una etapa educativa con este planteamiento?
El objetivo de prestigiar la Formación Profesional que se enuncia como objetivo puede tener el efecto contrario. El primer curso de Formación Profesional a los 15 años obligatorio para los alumnos excluidos del Bachillerato puede convertirse en el equivalente a la antigua FP-1 dónde se dirigía a los que no "valían" para Bachillerato. A falta de mayor concreción se convertirá en un curso común a todos los ciclos formativos porque la carga lectiva de los títulos de Formación profesional viene determinada por la cualificación de nivel 2 que se cubre perfectamente en dos cursos. Si esto es así ¿Tanto cuesta mantener el actual sistema de 4º ESO con una modificación de curriculum y dos vías: Bachillerato y Formación Profesional ?
La reforma de la ESO puede profundizar las diferencias entre los distintos centros sostenidos con fondos públicos: centros públicos-centros concertados y generar una red dual con privilegios para la escuela concertada donde los padres no elijan el centro sino que el centro elija sus alumnos.
Si esto ya es evidente para los alumnos con necesidades educativas especiales o necesitados de apoyo educativos por su desventaja social,cultural o étnica, tendremos un nuevo motivo de segregación, ahora académica. Los centros concertados titularán a sus alumnos a los 15 años y como sus alumnos han sido seleccionados de una determinada extracción social,todos iniciarán el Bachillerato. Sólo los más "revoltosos" serán convenientemente derivados a los centros públicos para cursar Formación Profesional, porque me temo que los centros concertados no apostarán por la Formación Profesional y tendremos una red dual con un objetivo diferente: los centros públicos estaremos para todo y los concertados, salvo honrosas excepciones, sólo para alumnos de Bachillerato.
La consideración de la obligatoriedad de la educación hasta los 16 años, iniciado el Bachillerato parece que abre la puerta a la concertación de toda esta etapa, como ya se hace en la Comunidad Valenciana derivando los recursos públicos escasos hacia esta red mientras la red pública se debilita.
De tal modo que esta reforma parece que no mejora la ESO, no mejora el Bachillerato ni la Formación Profesional. ¿No podríamos retocar la etapa secundaria con ajustes necesarios y no reformar por reformar sin saber a dónde nos dirigimos ? Si necesitan ideas aquí tienen unas cuantas:
1.-Ampliación del Bachillerato añadiendo un curso a los dos actuales. Bachillerato de 3 cursos, pero la ampliación por arriba, este curso añadido permitiría dar entidad al Bachillerato. Teniendo en cuenta además que los alumnos se enfrentarán mayoritariamente a grados universitarios de 4 cursos frente a las licenciaturas anteriores de 5 cursos, los universitarios podrán salir a una edad adecuada al mercado laboral
2.-Reforma del Bachillerato para formar en las competencias básicas que un alumno debe necesitar. No podemos dejar un Bachillerato fósil frente a los cambios metodológicos de la ESO y la Universidad. En tres cursos puede diseñarse un curriculum formativo adecuado con entidad propia. Es necesario un replanteamiento de los contenidos, claramente excesivos, de la metodología y de la evaluación .
3.-Reforma del acceso a la Universidad. Las pruebas actuales no evalúan competencias y condicionan además la dinámica de las aulas en el último curso de Bachillerato. Se debería estudiar su sustitución por pruebas de aptitud para los distintos grados basadas en el dominio de competencias básicas exigibles a alumnos que se incorporarán a la Universidad como la capacidad de comprensión y expresión oral y escrita en distintas lenguas, el dominio de las tecnologías de la información y de la comunicación y la capacidad de investigación científica entre otras.
4.-Reforma de la ESO. Se debe mantener la titulación en 4º ESO y la estructura actual. Puede mejorarse el curriculum de 4º de ESO mediante bloques orientados al Bachillerato o a Formación Profesional. Cambio de metodología en la ESO para adecuarse al tratamiento de las competencias básicas que debe desarrollar un alumno del siglo XXI. Debe replantearse el concepto de asignatura y trabajar en 1º- 2º ESO por ámbitos, así como aumentar la carga lectiva de las asignaturas y disminuir su número en 3º y 4º de ESO.
5.-Reforma de la Educación Primaria. Se debe reforzar el trabajo en el Primer Ciclo de Primaria para favorecer la lectoescritura y el razonamiento lógico. Los apoyos y refuerzos son imprescindibles en esta etapa. El fracaso escolar en Secundaria es un fracaso heredado de Primaria e Infantil. Esta última etapa no es sólo importante para la conciliación de la vida escolar y familiar, es un etapa educativa.
6.-Por último. el fracaso escolar es un síntoma del fracaso social, no vamos a conseguir disminuir el fracaso escolar sin que participe toda "la tribu". Desgraciadamente la tribu está indignada pero no comprometida.
Todas estas reflexiones deben entenderse como una crítica constructiva. El sistema educativo no está para más enfrentamientos y queden tranquilos los padres, los maestros y profesores permanecemos mientras los ministros y consellers pasan y cambian los planes de estudio.
Si ha llegado hasta el final de este artículo entenderá que no merece una línea la polémica sobre EpC cuando tenemos problemas más profundos sin resolver.
(Página web interesante donde se explican las claves de la reforma educativa que José Ignacio Wert presentó en el Congreso)
La ampliación del Bachillerato había despertado ciertas expectativas, pero la solución adoptada a costa de culminar la ESO a los 15 años ha defraudado porque rompe una estructura en la Enseñanza Secundaria coherente que finalizaba la etapa de escolarización obligatoria a los 16 años coincidiendo con la edad legal de incorporación al mercado laboral.
La etapa secundaria con los ajustes necesarios puede mejorarse pero la reforma que se plantea al no tener garantizado el acuerdo con la oposición, obligará a mantener el sistema en la provisionalidad hasta el próximo cambio de gobierno.
La reforma no tiene únicamente un planteamiento de mejora técnico, metodológico o didáctico, tiene también una concepción política no visible pero que con un análisis detallado puede aflorar. A falta de que el Ministerio explique detalladamente sus planes parece que se va a poner la Enseñanza Secundaria "patas arriba" sin valorar si el sistema actual es mejorable y si se incide en las verdaderas causas del fracaso escolar.
Este proyecto de reforma es criticable al menos en los siguientes aspectos visibles y otros ocultos que es necesario conocer para poder valorar la oportunidad de estos cambios:
La finalización de la ESO a los 15 años aumentará artificialmente el número de graduados ESO al obtenerse el título ESO con un año menos y por tanto con menor carga lectiva.Se mejora la estadística de graduados ESO al suavizar los requisitos y por tanto habrá menos fracaso escolar. Resultará paradójico cuando no ridículo que el alumno Graduado en ESO en el curso 2011-12 tenga un título de valor académico superior que el graduado ESO en el curso 2015-16. ¿Esto es lo que se entiende por "prestigiar" la cultura del esfuerzo?
El título de ESO se obtiene en la actualidad también por vías extraordinarias de atención a la diversidad que quedarán obstruidas o anuladas y que privarán a un importante número de alumnos de una posibilidad de acercar la educación a sus demandas y posibilidades. El Programa de Diversificación Curricular (PDC) y los PCPI (Programas de Cualificación Profesional Inicial) tienen pocas garantías de continuidad con esta reforma.
Los alumnos graduados en ESO a los 15 años estarán obligados a continuar al menos un año más sus estudios en Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio, según el ministro, "se trata de conseguir interesar más a quienes van a seguir y centrar a quienes no lo van a hacer". Me temo que el resultado no sea el esperado y el primer curso de Bachillerato se convierta en un curso de espera para que algunos que van a abandonar con su título ESO ya conseguido, estén un año más sin mayor interés. ¿Qué sentido tiene empezar una etapa educativa con este planteamiento?
El objetivo de prestigiar la Formación Profesional que se enuncia como objetivo puede tener el efecto contrario. El primer curso de Formación Profesional a los 15 años obligatorio para los alumnos excluidos del Bachillerato puede convertirse en el equivalente a la antigua FP-1 dónde se dirigía a los que no "valían" para Bachillerato. A falta de mayor concreción se convertirá en un curso común a todos los ciclos formativos porque la carga lectiva de los títulos de Formación profesional viene determinada por la cualificación de nivel 2 que se cubre perfectamente en dos cursos. Si esto es así ¿Tanto cuesta mantener el actual sistema de 4º ESO con una modificación de curriculum y dos vías: Bachillerato y Formación Profesional ?
La reforma de la ESO puede profundizar las diferencias entre los distintos centros sostenidos con fondos públicos: centros públicos-centros concertados y generar una red dual con privilegios para la escuela concertada donde los padres no elijan el centro sino que el centro elija sus alumnos.
Si esto ya es evidente para los alumnos con necesidades educativas especiales o necesitados de apoyo educativos por su desventaja social,cultural o étnica, tendremos un nuevo motivo de segregación, ahora académica. Los centros concertados titularán a sus alumnos a los 15 años y como sus alumnos han sido seleccionados de una determinada extracción social,todos iniciarán el Bachillerato. Sólo los más "revoltosos" serán convenientemente derivados a los centros públicos para cursar Formación Profesional, porque me temo que los centros concertados no apostarán por la Formación Profesional y tendremos una red dual con un objetivo diferente: los centros públicos estaremos para todo y los concertados, salvo honrosas excepciones, sólo para alumnos de Bachillerato.
La consideración de la obligatoriedad de la educación hasta los 16 años, iniciado el Bachillerato parece que abre la puerta a la concertación de toda esta etapa, como ya se hace en la Comunidad Valenciana derivando los recursos públicos escasos hacia esta red mientras la red pública se debilita.
De tal modo que esta reforma parece que no mejora la ESO, no mejora el Bachillerato ni la Formación Profesional. ¿No podríamos retocar la etapa secundaria con ajustes necesarios y no reformar por reformar sin saber a dónde nos dirigimos ? Si necesitan ideas aquí tienen unas cuantas:
1.-Ampliación del Bachillerato añadiendo un curso a los dos actuales. Bachillerato de 3 cursos, pero la ampliación por arriba, este curso añadido permitiría dar entidad al Bachillerato. Teniendo en cuenta además que los alumnos se enfrentarán mayoritariamente a grados universitarios de 4 cursos frente a las licenciaturas anteriores de 5 cursos, los universitarios podrán salir a una edad adecuada al mercado laboral
2.-Reforma del Bachillerato para formar en las competencias básicas que un alumno debe necesitar. No podemos dejar un Bachillerato fósil frente a los cambios metodológicos de la ESO y la Universidad. En tres cursos puede diseñarse un curriculum formativo adecuado con entidad propia. Es necesario un replanteamiento de los contenidos, claramente excesivos, de la metodología y de la evaluación .
3.-Reforma del acceso a la Universidad. Las pruebas actuales no evalúan competencias y condicionan además la dinámica de las aulas en el último curso de Bachillerato. Se debería estudiar su sustitución por pruebas de aptitud para los distintos grados basadas en el dominio de competencias básicas exigibles a alumnos que se incorporarán a la Universidad como la capacidad de comprensión y expresión oral y escrita en distintas lenguas, el dominio de las tecnologías de la información y de la comunicación y la capacidad de investigación científica entre otras.
4.-Reforma de la ESO. Se debe mantener la titulación en 4º ESO y la estructura actual. Puede mejorarse el curriculum de 4º de ESO mediante bloques orientados al Bachillerato o a Formación Profesional. Cambio de metodología en la ESO para adecuarse al tratamiento de las competencias básicas que debe desarrollar un alumno del siglo XXI. Debe replantearse el concepto de asignatura y trabajar en 1º- 2º ESO por ámbitos, así como aumentar la carga lectiva de las asignaturas y disminuir su número en 3º y 4º de ESO.
5.-Reforma de la Educación Primaria. Se debe reforzar el trabajo en el Primer Ciclo de Primaria para favorecer la lectoescritura y el razonamiento lógico. Los apoyos y refuerzos son imprescindibles en esta etapa. El fracaso escolar en Secundaria es un fracaso heredado de Primaria e Infantil. Esta última etapa no es sólo importante para la conciliación de la vida escolar y familiar, es un etapa educativa.
6.-Por último. el fracaso escolar es un síntoma del fracaso social, no vamos a conseguir disminuir el fracaso escolar sin que participe toda "la tribu". Desgraciadamente la tribu está indignada pero no comprometida.
Todas estas reflexiones deben entenderse como una crítica constructiva. El sistema educativo no está para más enfrentamientos y queden tranquilos los padres, los maestros y profesores permanecemos mientras los ministros y consellers pasan y cambian los planes de estudio.
Si ha llegado hasta el final de este artículo entenderá que no merece una línea la polémica sobre EpC cuando tenemos problemas más profundos sin resolver.
(Página web interesante donde se explican las claves de la reforma educativa que José Ignacio Wert presentó en el Congreso)
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