jueves, 16 de febrero de 2012

El docente, punto de partida del cambio en la enseñanza

Como se ha comentado en otras entradas, el docente es tanto facilitador del aprendizaje como aprendiz en el aula. Es decir, el docente programa su materia pero además toma decisiones a lo largo del proceso de enseñanza- aprendizaje mediante las cuales adquiere información para las mejoras que pueda realizar que a su vez generen más y mejor aprendizaje en sus alumnos. Por eso se dice que el docente está inmerso en un proceso de reflexión en el que "recicla" sus conocimientos por otros mejores para la práctica docente. A este tipo de profesores, que son capaces de investigar sobre su propia práctica y cambiar la metodología utilizada en función de los resultados obtenidos en el proceso de enseñanza, y que analizan continuamente su práctica Darling Hammond y Bransford les llaman expertos adaptativos. Se les llama así porque son personas que cambian sus competencias para mejorar en su práctica docente. Las principales características de estos es que son eficaces y que innovan. La innovación educativa es fruto de la experiencia y del bagaje de conocimientos que tenga la persona, la cual hace que se vaya mejorando la práctica educativa. En cambio al profesor que no innova y que además se conforma con las competencias que ya tiene y con los métodos que ha utilizado, los cuales le han valido durante su ejercicio profesional, es un experto rutinario. Para que un docente sea capaz de adaptar los principios de la enseñanza centrada en el alumno debe reflexionar sobre qué tipo de profesor es y si, partiendo de esta base, poder adaptarse a este nuevo método de enseñanza. "En definitiva los saberes experienciales del docente profesional se derivan en gran parte de preconcepciones de la enseñanza y del aprendizaje heredados de la historia escolar" (Tardiff, 2004, p. 54). Existen una serie de cuestionarios que permiten reflexionar sobre las creencias de la enseñanza de los profesores. Algunos son: el ATI, Approaches to Teaching Inventory; o el ALCP, Assessment Learner Centered Practices. Yo en concreto me ha aplicado el Assessment Learner Centered Practices, el cual consta de quince ítems susbdivididos en tres escalas. En la primera escala llamada de Creencias centradas en el alumno, su aprendizaje, y la enseñanza, he obtenido una media de 3,6 siendo la media óptima según su autora Mc Combs de 3,2. En la segunda escala, llamada de Crencias no centradas en el enfoque centrado en el alumno sobre los alumno,he obtenido una media de  2,4 siendo la media óptima de 2,3; y en la tercera escala, llamada de Crencias no centradas en el enfoque centrado en al alumno sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje, una media de 2, 75 siendo la media óptima de 2,4. En gereral mis puntuaciones no distan mucho de las que determina su autora como óptimas con lo que mis creencias pedagógicas y la practica que yo realizo en el aula son adecuadas y se correlacionan ya que mis creencias se plasman directamente en mi actuación como docente.

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