Un profesor al prepararse las clases establece un programa a seguir con unos objetivos, unos contenidos y una evaluación. Estos son previstos y planeados antes de que se ponga en práctica la actividad o la clase por lo que el docente la planea sin saber que va a ocurrir en su clase. Por eso, esa primera toma de decisiones respecto al planteamiento de la clase no asegura que los objetivos que se plantea se lleguen a cumplir. Cuando llega el momento en el que el aplica lo que ha planeado, puede que tenga que modificar sus planteamientos y tomar nuevas decisiones que se adapten a las necesidades de sus alumnos. Finalmente el docente tomará deciones respecto a la evaluación de la clase o tarea. De nuevo si hubiera habido cambios en el programa, el profesor tendría que cambiar también la evaluación como consecuencia de ello. Los alumnos, principalmente los de la ESO y Bachillerato, tienen capacidad de decisión por lo que esta infuirá en el ritmo de la clase y en el planteamiento de nuevos objetivos. Esto último no puede ser aplicable a los alumnos de infantil puesto que a estas edades no tienen tanta capacidad de decisión. En suma, la toma de decisiones se realizará durante todo el proceso en el que el docente adapta lo previsto a la realidad de su clase.
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